Anas Jamal al-Sharif — hijo, esposo, padre y periodista de Al Jazeera — fue asesinado por Israel el 10 de agosto de 2025, junto a cuatro compañeros, en un ataque contra una tienda de prensa frente al hospital Al-Shifa.
Con apenas 28 años, Anas creció en el campo de refugiados de Yabalia en 1996 y se convirtió en una de las voces más valientes y reconocidas de Gaza durante la ofensiva genocida. Sin miedo y con la verdad como única arma, transmitió al mundo la realidad de un pueblo bajo bombardeo constante.
Anas era un periodista y camarógrafo de Al Jazeera Arabic que se hizo conocido por su cobertura. Se negó a evacuar y transmitía desde zonas de bombardeos con una voz directa y reconocible a nivel mundial.
En diciembre de 2023, recibió amenazas directas por teléfono de oficiales del ejército israelí que le exigieron detener su cobertura o abandonar el norte de Gaza. Días después, un ataque aéreo israelí destruyó la casa de su familia en Jabalia, asesinando a su padre de 90 años. Organizaciones como el Committee to Protect Journalists alertaron sobre un patrón de amenazas seguido de muertes familiares.
Su asesinato es un intento de silenciar a quienes documentan el hambre, la destrucción y el sufrimiento de Palestina. Solo semanas antes, el Comité para la Protección de Periodistas había alertado que la vida de Anas corría un “grave peligro” por amenazas directas del ejército israelí. Mostró al mundo que su legado es la valentía y la verdad que jamás podrán callar.
Israel lo acusó públicamente de ser miembro de una célula de Hamas, imputación que organizaciones internacionales (como CPJ y la relatora de la ONU Irene Khan) calificaron de infundada y usada para justificar posibles ataques. Estas acusaciones fueron consideradas parte de una “campaña sistemática de incitación” con el objetivo de desacreditarlo y ponerlo en peligro.
El 10 de agosto de 2025, un bombardeo israelí destruyó la carpa de prensa donde trabajaba frente al Hospital Al‑Shifa en Gaza. Anas, junto a tres colegas y otras personas, fue asesinado en lo que parece haber sido un ataque deliberado contra periodistas.
Legado y último mensaje
En sus redes, Anas describió la intensificación del bombardeo en Gaza horas antes de morir. Su última publicación fue un testimonio emotivo de su compromiso con la verdad:
“Si estas palabras te llegan, sepan que me han matado y silenciado. No me dejen caer del todo.”
Su voz fue una de las pocas desde dentro de Gaza que llegó con valentía al mundo entero.
Su muerte simboliza uno de los ataques más claros y brutales contra la libertad de prensa.