La tierra de los olivos sangra; una y otra vez el estampido artero es la antesala del infierno.
Arde el fuego en los corazones
y el miedo,
huye como una ráfaga, por las calles desoladas.
Sin pan ni frazada,
amanecen abrazados, acorralados en un rincón, en la larga noche de Gaza
No tienen sueños, ni mañana.
La infancia se quedó olvidada bajo una lluvia de balas.
Y esa pesadilla
de bombas
que se filtra por la
Ventana.
Sin paredes, ni sombra
Hay alguien que le de luz, o una taza con agua a los niños de Gaza.
Rumor de voces a lo lejos acallados por ráfagas.
No hay una campana
que pueda acallar el ruido de las bombas
No hay una iglesia que contenga
el clamor y el dolor.
Solo llanto y fuego.

No hay agua ni luz
ni gasa en los hospitales.
Solo hay muertes inocentes
que se ahogan en un llanto.
Gaza hoy es una ciudad en
ruina, sin futuro
sin niños jugando inocentes en la tierra Santa
Solo hay piedras
y hambre.
Mucho hambre
Solo hay niños
corriendo
Nadie sabe
Si buscan alimentos
O van encontrarse con la muerte.
Voces de muerte sonaron
lejos de Guadalquivir
son los niños de Gaza
Que quieren vivir.
Es Gaza, la tierra de los olivos hoy convertida en un río de sangre.

Por Armando.