Que una cafayateña sueñe, entre esos bellos cerros, con el misterio del universo y las estrellas llama la atención, pero si además se recibió de ingeniería biomédica en la Universidad Favaloro es un logro más que importante. Sin embargo la ascendente carrera de María Noel de Castro Campos no se detiene y ahora aspira a convertirse en la primera astronauta argentina y latinoamericana en alcanzar el espacio.

 En la universidad se especializó en  bioastronáutica, una rama clave que estudia cómo el cuerpo humano responde a las condiciones extremas del espacio, como la microgravedad y la falta de oxígeno. 

Desde sus primeros años en la primaria, la mente de María Noel se inclinó de forma natural a resolver problemas y entender cómo funcionan las cosas. Ese deseo de «saber más, estar ahí afuera algún día» fue el motor que la impulsó a formarse con rigor. 

Actualmente, María Noel sigue formándose en Estados Unidos, donde cursa una maestría en Ingeniería Aeroespacial. Este programa le permite unir la salud humana en entornos extremos con la ingeniería espacial, consolidando un perfil que es esencial para las misiones espaciales del futuro. Su habilidad para integrar ciencia, ingeniería y fisiología humana en ambientes extremos la convierte en una candidata ideal para las complejas misiones que Axiom Space y otras agencias espaciales planean. Su camino profesional es un ejemplo de cómo la pasión y la dedicación pueden abrir puertas en campos tan exigentes como el espacial.

El camino de María Noel hacia las estrellas no fue fácil, exigió un gran esfuerzo emocional y físico. Según cuenta en una entrevista en Infobae, un paso clave fue su selección en el Project PoSSUM (Polar Suborbital Science in the Upper Mesosphere), un programa de formación científica avalado por la NASA y el Instituto Internacional de Ciencias Astronáuticas (IIAS). En este programa, que prepara a futuros astronautas y científicos para enfrentar condiciones espaciales reales y hacer investigaciones, María Noel fue seleccionada entre postulantes de todo el mundo, siendo una de solo nueve personas elegidas globalmente en ese momento. Aunque Project PoSSUM no garantiza un viaje directo al espacio, representa un paso crítico y una etapa clave en la cadena de formación reconocida por agencias como la NASA, la ESA y la JAXA.

La vinculación con Axiom Space surgió cuando la compañía buscaba democratizar el acceso al espacio y ampliar su proyección hacia regiones poco representadas. La propuesta de la joven cafayateña, centrada en llevar la bandera argentina a vuelos tripulados, coincidió con la visión institucional de Axiom Space, lo que fue clave para iniciar una colaboración sostenida. Axiom Space, según detalla el medio nacional, tiene la capacidad de entrenar y certificar astronautas bajo estrictas regulaciones de agencias internacionales.

Para llegar a este punto, la ingeniera salteña se sometió a entrenamientos intensos y rigurosos. Estos incluyen vuelos de gravedad cero (vuelos parabólicos), donde demostró notable resistencia a los vómitos. También hizo simulaciones de hipoxia (falta de oxígeno) a altitudes equivalentes a más de 7000 metros, usó trajes presurizados y manejó trajes espaciales.

También se capacita como piloto privada, buzo y paracaidista, tres competencias clave para operar en situaciones de riesgo controlado. Su perfil combina ingeniería, fisiología humana y ciencia aplicada, algo que hoy se valora especialmente en la planificación de misiones más complejas.

La potencial participación de María Noel de Castro Campos en una misión espacial tripulada es un hito inmenso para Argentina y para toda América Latina. Por primera vez, una profesional argentina cuenta con el aval de las máximas autoridades nacionales y de una empresa espacial de alto nivel para avanzar hacia una instancia de vuelo tripulado. Su misión, de concretarse, implicaría la realización de actividades de investigación aplicada, programas educativos en el marco de STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y acciones de divulgación científica. Estas actividades están orientadas a inspirar a jóvenes de la región, visibilizar el protagonismo de Argentina en el ámbito espacial y fomentar vocaciones científicas y tecnológicas. Como ella misma afirma, su experiencia busca que «el espacio no es solo para unos pocos» y que, con preparación y determinación, «no hay nada que no esté al alcance de todos».

Mi pasión por el espacio siempre estuvo conmigo. Desde niña soñé con hacer algo grande, con ser alguien que cambie al mundo, que aporte. Siento que ser astronauta es aportar a la ciencia y al avance. Entregarme 100 % a la ciencia es lo que me impulsa a seguir todos los días”, expresó en diálogo con Infobae en una nota reciente.

Por Armando.