No es nuevo. En 2016 ya lo anticipaban cuando el avance de la Justicia era imposible de parar ante la cantidad de pruebas contra Cristina Kirchner, los muchachos de la Cámpora,  en ese tiempo bajo el nombre: Los “pibes para la liberación” ya tenían preparado su slogan bajo un desafinado coro premonitorio: “Si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar”. A coro repetían un grupo de fanáticos encolumnados en la figura de Cristina Fernández de Kirchner.

Viajando en el tiempo en el año 2013, Cristina destacó el recibimiento de un niño de 6 o 7 años, al hablar en San Fernando durante la ampliación de la planta de tratamiento cloacales de AYSA. Inclusive puso orgullosa en su twiter el cálido mensaje: “Cristina, Cristina, Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”.

Cuantos años pasaron, casi doce años, es decir que ese niño hoy es un joven de 19 años, seguramente, hoy más que nunca, está inserto  en el corazón de la Cámpora, con la renovada arenga. Pasaron los años y Cristina sigue dividiendo a los argentinos, ahora entre quienes la apoyan y  la Corte Suprema al confirmar la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua a ocupar cargos públicos en el contexto de la Causa Vialidad.

En un fallo histórico Cristina Kirchner es la primera expresidenta en tener una condena firme por corrupción.

Diana Conti, ex diputada nacional por el Frente para la Victoria, destacó en su momento que “los factores de poder” podrían forzar a jueces y fiscales a condenar a la ex presidenta por actos de corrupción. 

En una nota publicada por Jorge Lanata en diario Clarín de 2016, consideró que lo de Conti no fue un lamento, sino una advertencia: Cristina en prisión “traería un reclamo popular muy fuerte”, según estimó el periodista ese año con su particular visión.

En esos tiempos se emitió un video para respaldar a la vicepresidenta. “Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar“, se advirtió en el cierre de la pieza audiovisual. Inclusive la organización militante de Máximo Kirchner había motorizado un fuerte apoyo a Cristina en las redes sociales. Con el hashtag #TodosConCristina como denominador común, una catarata de publicaciones colmó Twitter. 

En el eje visual, se trata de un paneo aéreo de la masiva movilización K que se llevó a cabo el 13 de abril de 2016 frente a los Tribunales de Comodoro Py, donde Cristina era indagada por el juez Claudio Bonadío en la causa por la venta de dólar futuro.

Como voz en off, se reproduce la declaración que Cristina hizo en diciembre de 2019, en la causa por corrupción en la obra pública. “Seguramente este tribunal, que es un tribunal de lawfare, un tribunal que seguramente tiene la condena escrita, lo va a hacer. No me interesa”, se escucha. Y también se lee en los subtítulos, que ayudan a no distraerse con la música que intenta sumarle dramatismo a esas palabras. 

“No me interesa”, repite. Luego, parafrasea la reconocida autodefensa de Fidel Castro: “He elegido la historia antes que ellos me declaren absuelta. A mí me absolvió la historia y me va a absolver la historia“. 

A pesar de todas las presiones, apareció un fiscal valiente dispuesto a avanzar en las causas que reveló  una escandalosa administración kirchnerista que hizo millonario a un grupo de hombres bendecidos por la cercanía al poder en perjuicio de millones de argentinos, convertidos en simples espectadores.

A la luz de las pruebas, José López, Lázaro Báez, Daniel Muñoz, el fallecido secretario privado de Néstor Kirchner están lejos de ser “lobos solitarios” o delincuentes comunes, consumidos en su ambición personal en desmedro de las arcas del Estado. Hoy, parece ser una remake del “robo para la corona”, escrito por Horacio Verbitsky.

 En la causa Vialidad las pruebas son evidentes y la matriz de corrupción estallan a los ojos de una sociedad pasmada por las fortunas del alto mando K acumuladas en 12 años, sin ningún tipo de control. Ahora, después de muchos años, la Justicia dictaminó. Y, está bueno aunque tarde la Justicia llegó y tiene que ser igual para recuperar credibilidad en el resto de los argentinos y avanzar sobre las causas que tiene abierta la familia Macri y también para advertir a Javier Milei que el poder es transitorio.  En la avenida del medio, el resto de los argentinos aplaudirán y dejarán de ser espectadores

Por Armando.