Brasil lo hizo. Hoy tiene US$ 360.000 millones de dólares de reservas y no llega a los US$ 40.000 de Deuda Externa. Pero para llegar a esa situación instrumentó medidas que deberían ser analizadas en profundidad. Achicó el gasto público y bajó el déficit fiscal. Con ese ajuste, empezó a mejorar la recaudación, después se dio el gusto de disminuir la presión tributaria, situación que posibilitó una mejora en el ámbito laboral y dio la oportunidad al sector privado de incorporar gente al trabajo formal. En ese escenario bajo la inflación y el mes de julio el país registró una deflación del 0,68% frente a la ligera subida del 0,67% que hubo en junio. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que divulgó los datos se trata de la menor tasa para la inflación desde 1980, por otra parte acumularon 10,07% en 12 meses.
“El acumulado de los últimos 10 años de inflación en nuestro país supera el 2.276%. Es escalofriante, pero real. Es difícil sobrevivir a esa inflación. Solo en lo que va del 2022 el índice es el más alto desde 1991, de hecho, estamos muy cerca del récord. En marzo la taza se ubicó en 6,7% y fue la mayor cifra en los últimos 20 años”, aseguró Daniel Adler, especialista en Educación Financiera y Emprendedurismo, luego de conocerse el IPC correspondiente al mes de mayo, suministrado por el INDEC. En junio la inflación bajó al 5,3% frenando la escala ascendente que tuvo desde comienzo de año. En julio rondará el 8% una cifra que empieza a desvelar a las autoridades porque no encuentran solución.
El Banco Central de Brasil dijo que su previsión de inflación interanual para marzo de 2024 está en línea con su estrategia de política monetaria, indicando con más fuerza que su agresivo ciclo de endurecimiento de las condiciones financieras puede haber llegado a su fin.
La otra cara Argentina, se quedó sin reservas y en los últimos diez días consumió US$ 1.000 millones de sus alicaídas arcas intentando frenar el precio del dólar y los ahorristas que no cesan en su demanda. El problema es que nadie sabe de dónde salen los dólares y en ese sentido ingresó un pedido del Diputado nacional José Luis Espert solicitando a las autoridades del ente rector que informen el origen de los dólares que se vuelcan al mercado.
Hoy las redes sociales muestran una escena del documental Shimon Peres: “El Nobel que no dejó de soñar” en Netflix.
Ahora el problema es cómo salir de una situación muy complicada que agrava día a día la vida de los argentinos. Sin dudas, así como tomamos el ejemplo de Brasil, es bueno recordar como hicieron otros países para salir de crisis similares.
Shimon Peres, en 1984, en plena hiperinflación se hizo cargo del puesto de Primer Ministro de Israel. El país había llegado a un 500% de inflación anual. Pero, al promediar su mandato y tras una serie de medidas de shock, en seis semanas logró reducir la inflación a un 16%. Cuenta el propio Peres que para lograrlo hizo una reunión de gabinete que duró 36 horas. Y que, luego del ajuste, de manera sorpresiva, su popularidad subió hasta alcanzar un 70% de imagen positiva.
Israel es un país muy particular: no tiene recursos naturales abundantes, no tiene grandes dimensiones, y durante sus primeros veinte años de existencia tenía una economía con una fuerte intervención estatal (similar a lo que ocurre en Argentina).
Eran los años 70 en la medida que el “milagro israelí” se estancaba crecía la desconfianza del pueblo. Luego de la crisis petrolera de 1973 y la devaluación de la lira por el sistema de valor flotante, los israelitas de a poco fueron perdiendo confianza en las instituciones y comenzaron a ahorrar en moneda extranjera, por fuera de las instituciones bancarias. Esto conllevó a una devaluación del 46% en 1977.
Los inversores huían del país abandonando industrias y los precios en las tiendas subían todos los días. A Peres no le tembló el pulso. Reunió a un equipo de estudiosos y economistas que diseño un plan que implicaba fuertes recortesen todos los sectores. “Llamé a una sesión de gabinete que duró 36 horas”, recordaba el ex primer ministro antes del fin de sus días.
“En esa reunión le recordé a todos.Recorté 500 millones de dólares en Defensa. Fue el recorte más grande en la historia de Israel. Recorté hasta en Educación. El ministro del área era mi mejor amigo, y ese fue el fin de la amistad. Todos los ministros aceptaban los recortes en otras carteras. Ninguno quería recortar su propio ministerio. Pero les dije: ‘señores o lo aceptan, o los despido a todos’. En 36 horas a quién pestañaba le recordaba su presupuesto”, recapitula Peres.
“Me criticaron de todos lados, pero para mi gran sorpresa,cuanto más duro eray más insistente me volvía, notaba que había un cambio en la opinión pública. Día a día mis encuestas empezaron a subir. Y contra todo pronóstico, en 6 semanas la inflación comenzó a bajar”, repasó Peres en una entrevista al dejar la presidencia de Israel cuando cumplía los 90 años.
Cuando le propusieron que se presente por un nuevo período, que seguramente ganaría, supo dar un paso al costado como lo había prometido, honrando el acuerdo político. “Caballeros les di mi palabra, no voy a cambiarla. Sabía que si no cumples tu palabra nunca serás un líder”, marca en el documental Shimón Peres, un líder que se atrevió a soñar.
Comentan que Sergio Massa, actual ministro de Economía lleva en su celular un video sobre la gestión de Shimon Peres; recorte de gastos y de subsidios y devaluación fueron claves en esa estrategia, pero en este contexto económico los podrá aplicar. ¿Podrá convertir el sueño en realidad?